CONVERSACIONES DIARIAS, LUNES 16 DE MAYO - SOBRE LAS ENFERMEDADES
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Si tienen el corazón amargado por rivalidades, dejen de presumir.
De la carta del apóstol Santiago: 3, 13-18
Hermanos míos: ¿Hay alguno entre ustedes con sabiduría y experiencia? Si
es así, que lo demuestre con su buena conducta y con la amabilidad propia de la
sabiduría. Pero si ustedes tienen el corazón amargado por envidias y
rivalidades, dejen de presumir y engañar a costa de la verdad.
Ésa no es la sabiduría que viene de lo alto; ésa es terrenal, irracional,
diabólica; pues donde hay envidias y rivalidades, ahí hay desorden y toda clase
de obras malas.
Pero los que tienen la sabiduría que viene de Dios son puros, ante todo.
Además, son amantes de la paz, comprensivos, dóciles, están llenos de
misericordia y buenos frutos, son imparciales y sinceros. Los pacíficos
siembran la paz y cosechan frutos de justicia.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 18, 8. 9. 10. 15
R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.
La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables
son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.
En los mandamientos del Señor hay rectitud y alegría para el corazón; son
luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.
La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del
Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.
Que te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón.
Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. 2 Tim 1, 10
R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho
resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.
EVANGELIO
Creo, Señor, pero dame tú la fe que me falta.
Del santo Evangelio según san Marcos: 9, 14-29
En aquel tiempo, cuando Jesús bajó del monte y llegó al sitio donde
estaban sus discípulos, vio que mucha gente los rodeaba y que algunos escribas
discutían con ellos. Cuando la gente vio a Jesús, se impresionó mucho y corrió
a saludarlo.
Él les preguntó: "¿De qué están discutiendo?" De entre la
gente, uno le contestó: "Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un
espíritu que no lo deja hablar; cada vez que se apodera de él, lo tira al suelo
y el muchacho echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. Les he
pedido a tus discípulos que lo expulsen, pero no han podido".
Jesús les contestó: "¡Gente incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que
estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al
muchacho". Y se lo trajeron. En cuanto el espíritu vio a Jesús, se puso a
retorcer al muchacho; lo derribó por tierra y lo revolcó, haciéndolo echar
espumarajos. Jesús le preguntó al padre: "¿Cuánto tiempo hace que le pasa
esto?" Contestó el padre: "Desde pequeño. Y muchas veces lo ha arrojado
al fuego y al agua para acabar con él. Por eso, si algo puedes, ten compasión
de nosotros y ayúdanos".
Jesús le replicó: "¿Qué quiere decir eso de 'si puedes'? Todo es
posible para el que tiene fe". Entonces el padre del muchacho exclamó
entre lágrimas: "Creo, Señor; pero dame tú la fe que me falta".
Jesús, al ver que la gente acudía corriendo, reprendió al espíritu inmundo,
diciéndole: "Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Sal de él y no vuelvas
a entrar en él". Entre gritos y convulsiones violentas salió el espíritu.
El muchacho se quedó como muerto, de modo que la mayoría decía que estaba
muerto. Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó y el muchacho se puso de pie.
Al entrar en una casa con sus discípulos, éstos le preguntaron a Jesús en
privado: "¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?" Él les respondió:
"Esta clase de demonios no sale sino a fuerza de oración y de ayuno".
Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
CONVERSANDO
CONTIGO
¿En
las enfermedades difíciles que haces?
Infinito Amor, aunque cueste creer, las enfermedades son
las manifestaciones físicas de los desórdenes del alma, que están precedidos
por la falta de obediencia a nuestro Padre. Recuerda que la obediencia es la característica
principal de la humildad, es decir, que sin esta difícilmente se puede ser
humilde.
El Padre Celestial nos entregó un legado magnifico de
normas amorosas, que vienen a ser la guía perfecta, para que nuestra mente se
mantenga en armonía con nuestro creador, de tal manera, que las emociones se presenten
biológica, química y energéticamente en nuestro cuerpo en perfecto equilibrio,
por ende, sobreabunde la salud en este.
La enfermedad no es voluntad divina. Es entera elección
del hombre. La enfermedad aparece cuando el ser deja de seguir el amor, para
dejarse llevar por otra brújula. Es posible, que en ciertos casos, los
instrumentos elegidos por Dios Padre, tengan que padecer para un bien mayor.
Pero, la mayoría no tiene que ver con esto.
Ahora bien, ante la presencia de esta, te exhorto a
dejarte llevar por el amor, pues, no existe sobre la tierra una medicina más
potente que esta. De hecho, muchas medicinas químicas no funcionan si esta
esencia no actúa primero. De allí, que muchos prolonguen la enfermedad.
Si estás enfermo, te invito a evaluar los hechos, las
creencias, las programaciones o las herencias familiares. Seguido a esta acción
debería venir la etapa de darse cuenta si el amor hacia Dios, hacia el prójimo
o hacia si mismo está en congruencia con la invitación de amor, para después,
elegir la opción de restaurar la esencia original con la cual el Padre te
envió.
Es importante que consideres, que el darse cuenta ocurre
cuando se sale de la zona de confort y no existe una mejor manera de salir de
esta, que el ayuno y la oración.
Recuerda que te amo tal y como eres. Por tanto, Ama a tu
prójimo de la misma forma. ¡Bendito eres!
HABLA
CON TU PADRE
Dios
mío y Señor Mío, Bendito y Adorado seas en todo lugar y en todo tiempo. Gracias
por tus mandamientos que vienen a ser para mi ser, la brújula perfecta que me
guía hacia la felicidad. Gracias por amarme cada día, instruyendo mi alma.
Gracias por permitirme darme cuenta de los pensamientos o las acciones que
desequilibran mi cuerpo. Que mi alma llena de humildad, reconozca las razones
por la cual enfermo o sufro, para que volviéndome a tu amor, recupere mi estado
de buena salud en mi espíritu, alma y cuerpo...Amén Bendito y Adorado Dios!!!
“ANTE CUALQUIER PADECIMIENTO, LA HUMILDAD ME GUIA A
RECONOCER LAS RAZONES POR LAS CUALES HE LLEGADO A ESE ESTADO”
¡Qué
el amor del Padre Celestial te abrace a lo largo de esta semana, permitiéndote disfrutar
de mucha felicidad…Dios te bendiga a ti y a tu hermosa familia!
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