ROSARIO DE LA SANTISIMA PROVIDENCIA POR LA SANACIÓN.

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío, por ser Tú quien eres y porque te amo por sobre todas las cosas, me pesa en el alma haberle ofendido y propongo firmemente con tu Gracia enmendarme y alejarme de las ocasiones de pecar; confesarme y cumplir la penitencia que por mis culpas me fuera impuesta. Te ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos y cuanto bueno hiciere, en satisfacción de mis pecados y confío en tu bondad y misericordia infinitas me perdonarás y me darás gracia para perseverar en tu santo servicio hasta el último día de mi vida. Amén.

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su Único hijo, Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracias del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilatos, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos, y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Dios provee, Dios proveerá, su misericordia nunca faltará. (Decir tres veces) 

EN LAS CUENTAS GRANDES DEL PADRE NUESTRO:
Providencia Santísima del eterno, omnipotente y misericordioso Dios, que todo has provisto y proveerás para nuestro bien, provee todas nuestras necesidades. Así creo, así espero, hágase siempre tu santísima voluntad. Amén.

EN LAS CUENTAS GRANDES DEL AVE MARÍA:
Santísima Providencia, gracias por proveer a (decir nombre) buena salud de alma y cuerpo.

EN EL FINAL DE CADA DECENA:
Gloria al Padre, al hijo y al espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Dios provee, Dios proveerá, su misericordia nunca faltará.

Al terminar las cinco decenas, la oración final:
Bendito dios, Todo Poderoso, que todo lo puedes, esperanzado únicamente en ti, te confío la paz y la alegría de mi alma. Tengo la certeza que desde ya, estoy disfrutando de la sanación de mi amado (decir nombre), porque eres un Dios grande, bueno y misericordioso, porque eres el padre benigno, que lo cuida como al niño de sus ojos y lo cubre con la sombra de sus alas.  Amado Señor, confiando en ti, te entrego a mi amado (decir nombre) para que le proveas la victoria sobre su enfermedad. Bendito Dios, que siempre se haga tu voluntad. Amén.

Comentarios

Entradas populares de este blog

FLORES DE BACH SEGUN JOSÉ MORA HUNGRÍA

2023 - HE VENIDO A - MARTES 04 DE JULIO