LA DECISIÓN


Penélope una mujer hermosa está pasando por uno de los momentos emocionales  más difíciles en su vida. Todo a su alrededor se desmorona. Todo lo que había edificado se está destruyendo. Mientras conduce su carro, un desfile de pensamientos llenos de frustración y decepción circulan por su mente. Se repetía a sí misma una y otra vez: “Estoy sola!…Todo me sale mal!…Nadie me quiere!…Todos me odian!…Para que seguir viviendo?...Para qué seguir perdiendo el tiempo?... Estoy cansada!…Ya no más!” 

Impulsada por el más vil dolor, toma la decisión de morir y acelera la velocidad del carro. Al cabo de un  rato, en una fuerte curva, pierde el control y el carro se vuelca estrepitosamente. Al impactar contra un árbol,  su cuerpo casi sin vida no respira, mientras que en su mente, comienza la celebración de vida.

Una nena de hermosos ojos azules llena de mangueras y agujas, se debate entre la vida y la muerte. Su cabecita cubierta por un pañuelo,  suda por la alta fiebre. Sus días están contados. Médicos y enfermeras van y vienen. El aire que  respira huele a muerte. Sin embargo, la nena con inmensas ganas de vivir,  trata de respirar profundamente, al mismo tiempo que lucha con las fuerzas de su alma contra ese espíritu del mal que ha invadido su cuerpo. Fijando sus ojos en un cuadro colgado en la pared. Se repite a sí misma: “Quiero vivir!.. Quiero crecer!...Quiero que mi cabello vuelva!...Quiero ser feliz!”. Cuando despierta mira dificultosamente a su alrededor y se da cuenta de la presencia de su madre, cuyo rostro refleja una sonrisa acongojada por el dolor. La madre se acerca y abraza como puede a su pequeña. Lágrimas de amor entristecidas por lo inminente, se deslizan por sus mejillas y caen en el rostro de su pequeña. Sus miradas se funden en el amor inmenso que se tienen, para decirse mutuamente “Te amo”. La madre acariciándola, le dice: “Vas a vivir largos años! Vas a ser muy feliz! Que la desesperación no te turbe…Todo pasa…Vas a estar bien!”

Penélope perturbada por los múltiples golpes, despierta en el hospital y enceguecida por las bulliciosas luces de la sala, apenas se puede mantener consciente, revienta en llanto y abrumada por la persecución de sus penas, recuerda  que luchó durante tantos años, cargando con el peso de una cruel enfermedad y ahora que estaba pasando por estos estados transitorios, había decido morir cuando pequeña había decido vivir.. “Cuando me perdí?...Cuando dejé de ver lo hermosa que era la vida?.....Luché para vivir y estoy viva!...Quizás no tomé las decisiones correctas, pero estoy viva y las puedo cambiar…QUIERO SEGUIR VIVIENDO!....Así fue!




Autor: Zarina Lucena

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