APRENDIENDO DE MI SEÑOR, MARTES 27 DE SEPTIEMBRE - SOBRE EL SUFRIMIENTO
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
¿Para qué dar la luz de la vida a un miserable?
Del libro de Job: 3, 1-3. 11. 16. 12-15. 17. 20-23
Job abrió sus labios y maldijo el día de su nacimiento, diciendo:
"¡Maldito el día en que nací, la noche en que se dijo: ‘Ha sido concebido
un varón’! ¿Por qué no morí en el seno de mi madre? ¿Por qué no perecí al salir
de sus entrañas o no fui como un aborto que se entierra, una criatura que no
llegó a ver la luz? ¿Por qué me recibió un regazo y unos pechos me amamantaron?
Ahora dormiría tranquilo y descansaría en paz, con los reyes de la
tierra, que se construyen mausoleos, o con los nobles, que amontonan oro y
plata en sus palacios. Allí ya no perturban los malvados y forzosamente reposan
los inquietos. ¿Para qué dieron la luz de la vida a un miserable, aquel que la
pasa en amargura; al que ansía la muerte, que no llega, y la busca como un
tesoro escondido; al que se alegraría ante la tumba y gozaría al recibir la
sepultura; al hombre que no encuentra su camino, porque Dios le ha cerrado las
salidas?".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Del salmo 87
R/. Señor, presta oído a mi clamor.
Señor, Dios mío, de día te pido auxilio, de noche grito en tu presencia.
Que llegue hasta ti mi súplica, presta oído a mi clamor. R/.
Porque mi alma está llena de desdichas y mi vida está al borde del
abismo; ya me cuentan entre los que bajan a la tumba, soy como un inválido. R/.
Tengo ya mi lugar entre los muertos, igual que los cadáveres que yacen en
las tumbas, de los cuales, Señor, ya no te acuerdas, porque fueron arrancados
de tu mano. R/.
Me has colocado en el fondo de la tumba, en las tinieblas del abismo. Tu
cólera pesa sobre mí, y estrellas contra mí todas tus olas. R/.
ACLAMACIÓN Mc 10, 45
R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo vino a servir y a dar su vida por la redención de todos. R/.
Jesús tomó la firme determinación de ir a Jerusalén.
Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 51-56
Cuando ya se acercaba el tiempo en que tenía que salir de este mundo,
Jesús tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén. Envió
mensajeros por delante y ellos fueron a una aldea de Samaria para conseguirle
alojamiento; pero los samaritanos no quisieron recibirlo, porque supieron que
iba a Jerusalén. Ante esta negativa, sus discípulos Santiago y Juan le dijeron:
"Señor, ¿quieres que hagamos bajar fuego del cielo para que acabe con
ellos?" Pero Jesús se volvió hacia ellos y los reprendió. Después se
fueron a otra aldea.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
APRENDIENDO
DE NUESTRO SEÑOR
¿Crees que Papá Dios te castiga?
Una cosa he aprendido por todo lo acontecido a lo largo
de mi existencia y por ende, tengo muy
clara, que tu voluntad es que cada ser humano disfrute de felicidad en este
mundo.
Sin embargo, para ello es necesario que a la hora de
elegir lo que desee que me suceda, tome en consideración tu presencia en eso antes
de accionar. Reconozco que diste el libre albedrío al género humano, pero también,
exhortaste a elegirte, a preferir la vida, a seleccionar la bendición, a fin de
que prosperara en todo.
Bien sé, que el gozo, así como, el sufrimiento, son
partes de la existencia de cualquier humano. No porque merezcamos o no, el uno
o el otro, sino porque para cada uno hay un tiempo y como tal, su aparición en
un determinado momento implica evolución espiritual. Una evolución espiritual
que consiste en amar y aceptar al prójimo en la medida que uno se ama y se
acepta a sí mismo. Esta práctica incluye el perdón.
Es por eso, que es bueno considerar que así como me vea,
voy a ver; como me escuche, voy a escuchar; como me trate, voy a tratar. Ojo, tengo presente, que si no
me amo, mucho menos podré hacerlo con los que desciendan de mí.
Por tanto, sé que no me castigas, puesto, que son las
consecuencias de lo elegido lo que experimento, sino más bien, buscas
incansablemente la manera de hacerme feliz y de volverme a tí…Bendito seas
Dios.
HABLANDO
CON NUESTRO PADRE
Amado
Dios que habitas en las almas que se dejan embelesar por tu amor. Gracias por
mostrarme tu amor a diario. Gracias por frenar las pasiones desordenadas que
lanzan contra mí. Gracias por entenderme cuando caigo. Gracias por levantarme
con bondad. Gracias por secar mis lágrimas cuando no comprendo el calor del
fuego que me ahoga. Gracias por aliviar mis sufrimientos cuando aparecen. Hoy,
te elijo a ti por encima de lo ofrecido por el mundo y me lleno de tu luz, a
fin de iluminar mis oscuridades…Amén Bendito Dios!!!
“COMPRENDÍ
QUE NOS DOTASTE DE MECANISMOS QUE REGULAN NUESTRA ACTUACIÓN. POR TANTO, EL
SUFRIMIENTO SOBREVIENE CUANDO ME RESISTO AL AMOR”
¡Qué
Papá Dios derrame abundantes bendiciones sobre tu vida, sobre tu familia y sobre
quienes te rodean!
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