VITAMINAS PARA EL ALMA - AMANDO A LA FAMILIA DE NUESTRA PAREJA
El cuarto mandamiento de la ley divina del amor, dice: “Amar y respetar a nuestros Padres”. Esto es serio y digno de mucha reflexión, en especial, cuando se tienen hijos. Cuando tenemos hijos, ellos generalmente, son producto del amor entre dos personas, un hombre y una mujer. Científicamente, el próximo humano se crea a partir de la unión de 50% de información celular del padre y el otro 50% de la madre. Esto quiere decir, que todo humano es mitad papá y mitad mamá. Por tanto, su contenido esencial de espíritu, alma y cuerpo, vendrá determinado por los sentimientos que albergamos hacia nuestra pareja, padres, hermanos, cuñados y sobrinos, incluso hasta primos y familia por afinidad. Espiritualmente, cualquier sentimiento de odio, rechazo, envidia, codicia, menosprecio o maldad, que se tenga encausado hacia nuestra pareja o algún familiar de esta, tendrá un efecto nocivo sobre nuestros descendientes, porque estamos en ese mismo sentido, odiando, rechazando, envidiando,...