ESPARCIR FLORES
A lo largo de la historia de la humanidad, han existido personas que
usan el chisme o la intriga, para destruir un hogar, para quebrar una
amistad, para escalar posiciones en el área laboral o social. También
han existido personas que se dejan envolver por esa sombra de oscuridad,
generando para su vida, rompimientos con su pareja, familiares o
amigos. Incluso hay algunos que han llegado a tomar decisiones
dramáticas o fatales en cuanto a su existencia o a la de otro, así como
lo describe W. Shakespeare en su gran obra “Otelo”.
Es
importante tener en cuenta, que este tipo de personas confundidas, que
inyectan veneno puro a su alrededor, a través de la intriga, de la
calumnia, de la envidia o de la persecución, usan como modo de vida o
supervivencia, la maldad (acciones sin la intervención de Dios). Lo
peligroso para quien no emplea esta forma de vivir es tragar el veneno
que despiden o creer que ese veneno puede hacer daño.
Para
quien aplica los principios divinos del amor, esa escoria recibida
debe ser devuelta como flores. Es decir, que en medio de esa maldad, la
manera de sobrevivir exitosamente es llenándonos de amor y esparciendo
ese mismo amor a todo nuestro alrededor. Un arma infalible es la
oración de bendición por esa persona extraviada o confundida.
Somos
dueños de nuestras decisiones y por tanto de sus consecuencias, así
que procurar deshacer el veneno con amor, es la más sabia decisión.
Aquí les dejo, lo que Jesús nos dice al respecto:
Mt
5, 44-48: Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus
perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque
él hace salir su sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre
justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué
recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan
solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo
mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el
Padre que está en el cielo. Palabra de Dios.
Dios te bendiga y un fuerte abrazo.
Zarina Lucena
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