CONVERSACIONES DIARIAS, VIERNES 27 DE MAYO - EL PERDÓN
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Sean buenos administradores de la gracia multiforme de Dios.
De la primera carta del apóstol san Pedro: 4, 7-13
Hermanos: Ya está cerca el final de todo; por lo tanto, vivan con
sensatez y en vigilancia para poder orar. Sobre todo, mantengan en continua
actividad el amor mutuo, pues el amor sepulta una multitud de pecados. Sean
hospitalarios los unos con los otros, sin quejas.
Que cada uno, como buen administrador de la gracia multiforme de Dios,
emplee para servir a los demás, los dones recibidos. Quien habla, que sea
mensajero de las palabras de Dios; quien se dedica a servir a los demás, que
los sirva con la fuerza que Dios le comunica. De modo que Dios sea glorificado
en todo, por medio de Jesucristo, a quien corresponden la gloria y el poder,
por los siglos de los siglos. Amén.
No se sorprendan, queridos hermanos, del fuego de persecución que ha
prendido por ahí para ponerlos a prueba, como si les sobreviniera algo nunca
visto. Al contrario, alégrense de compartir ahora los padecimientos de Cristo,
para que, cuando se manifieste su gloria, el júbilo de ustedes sea desbordante.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 95,10.11-12a. 12b-13
R/. El Señor juzgará a todas las naciones.
"Reina el Señor", digamos a los pueblos. Él afianzó con su
poder el orbe, gobierna a las naciones con justicia. R/.
Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino.
Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo.
R/.
Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe.
Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 15, 16
R/. Aleluya, aleluya.
Yo los he elegido del mundo, dice el Señor, para que vayan y den fruto y
su fruto permanezca. R/.
EVANGELIO
Mi casa será casa de oración para todos los pueblos. — Tengan fe en Dios.
Del santo Evangelio según san Marcos: 11, 11-26
Después de haber sido aclamado por la multitud, Jesús entró en Jerusalén,
fue al templo y miró todo lo que en él sucedía; pero como ya era tarde, se
marchó a Betania con los Doce.
Al día siguiente, cuando salieron de Betania, sintió hambre. Viendo a lo
lejos una higuera con hojas, Jesús se acercó a ver si encontraba higos; pero al
llegar, sólo encontró hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces le dijo a la
higuera: "Que nunca jamás coma nadie frutos de ti". Y sus discípulos
lo estaban oyendo.
Cuando llegaron a Jerusalén, entró en el templo y se puso a arrojar de
ahí a los que vendían y compraban; volcó las mesas de los que cambiaban dinero
y los puestos de los que vendían palomas; y no dejaba que nadie cruzara por el
templo cargando cosas. Luego se puso a enseñar a la gente, diciéndoles:
"¿Acaso no está escrito: Mi casa será casa de oración para todos los
pueblos? Pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones".
Los sumos sacerdotes y los escribas se enteraron de esto y buscaban la
forma de matarlo; pero le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado
de sus enseñanzas. Cuando atardeció, Jesús y los suyos salieron de la ciudad.
A la mañana siguiente, cuando pasaban junto a la higuera, vieron que
estaba seca hasta la raíz. Pedro cayó en la cuenta y le dijo a Jesús:
"Maestro, mira: la higuera que maldijiste se secó".
Jesús les dijo entonces: "Tengan fe en Dios; les aseguro que si uno
le dice a este monte: 'Quítate de ahí y arrójate al mar', sin dudar en su
corazón y creyendo que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. Por eso les digo:
Cualquier cosa que pidan en la oración, crean ustedes que ya se la han
concedido, y la obtendrán. Y cuando se pongan a orar, perdonen lo que tengan
contra otros, para que también el Padre, que está en el cielo, les perdone a
ustedes sus ofensas; porque si ustedes no perdonan tampoco el Padre, que está
en el cielo, les perdonará a ustedes sus ofensas".
Palabra del Señor. Gloria a ti,
Señor Jesús.
CONVERSANDO
CONTIGO
¿Cuándo
oras, confías plenamente en el Padre?
Querido amor, cuando oras confiando plenamente en lo que
se recibirás, el Padre Eterno concede lo solicitado, es decir, que gozas de
aquello que esperas.
Pero, es importante que cuando ores lo hagas con amor,
porque así como la humildad es el pase directo a la presencia divina, la
indulgencia es la puerta que se abre para ponernos ante el Padre. Cabe
destacar, que aun cuando estemos respirando en este mundo, perfectamente podemos
sentir a Dios en todo nuestro ser.
Ser indulgente es gozar de la capacidad amorosa de
perdonar las ofensas o reprenderlas con benevolencia o juzgar los errores del
prójimo sin severidad. Por tanto, cuando pidas a Dios algún determinado favor o
alguna maravillosa gracia es prudente para tu ser perdonar siempre, incluso a ti
mismo, debido a que muchas veces no obtienes lo que quieres porque crees que no
eres merecedor.
En ciertos momentos, sé que pierdes el control de tus
emociones reaccionando inadecuadamente. Sin embargo, la indulgencia en ti, que
Soy Yo, inspirándote, te guía hacia el doble perdón. Perdón hacia quien te
movió de tu sitio y perdón hacia ti que te dejaste llevar. Recuerda que gracias
a la fracción divina que habita en tu interior, siempre puedes regresar a tu
estado natural de amor.
Ten presente que te amo tal y como eres. Por tanto, Ama a
tu prójimo de la misma forma. ¡Bendito eres!
HABLA
CON TU PADRE
Dios
mío y Señor Mío, Bendito seas eternamente. Benditas sean todas tus obras.
Gracias por enseñarme a orar en presencia de la confianza y el perdón. Gracias
por recordarme, que puedo perdonar y así seguir experimentando de tu amor. Que
mi mente y corazón dirigidos por tu Espíritu, sean compasivos y misericordioso
como lo eres Tú, Bendito Dios...Amén Adorado Dios!!!
“PERDONAR
ES ESA BRISA AGRADABLE QUE APARECE PARA REFRESCAR EL ALMA”
¡Qué
el amor del Padre Celestial te acompañe durante cada día de esta semana,
permitiendo que salgas victorioso en todo aquello que te llene de paz y gozo…Dios
te bendiga a ti y a tu hermosa familia!
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