CONVERSACIONES DIARIAS, JUEVES 26 DE MAYO - EL PODER DE LA BENDICIÓN






LITURGIA DE LA PALABRA



PRIMERA LECTURA

Melquisedec presentó pan y vino.
Del libro del Génesis: 14, 18-20

En aquellos días, Melquisedec, rey de Salem, presentó pan y vino, pues era sacerdote del Dios altísimo, y bendijo a Abram, diciendo: "Bendito sea Abram de parte del Dios altísimo, creador de cielos y tierra; y bendito sea el Dios altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos". Y Abram le dio el diezmo de todo lo que había rescatado.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.



SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 109, 1.2.3.4
R/. Tú eres sacerdote para siempre.

Esto ha dicho el Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha; yo haré de tus contrarios el estrado donde pongas los pies". R/.
Extenderá el Señor desde Sión tu cetro poderoso y tú dominarás al enemigo. R/.
Es tuyo el señorío; el día en que naciste en los montes sagrados, te consagró el Señor antes del alba. R/.
Juró el Señor y no ha de retractarse: "Tú eres sacerdote para siempre, como Melquisedec". R/.



SEGUNDA LECTURA

Cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor.
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios: 11, 23-26

Hermanos: Yo recibí del Señor lo mismo que les he transmitido: Que el Señor Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: "Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía".
Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: "Este cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan esto en memoria mía siempre que beban de él".
Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta que vuelva.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.


ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 6, 51
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor; el que coma de este pan vivirá para siempre. R/.



EVANGELIO

Comieron todos y se saciaron.
Del santo Evangelio según san Lucas: 9, 11-17

En aquel tiempo, Jesús habló del Reino de Dios a la multitud y curó a los enfermos.
Cuando caía la tarde, los doce apóstoles se acercaron a decirle: "Despide a la gente para que vayan a los pueblos y caseríos a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar solitario". Él les contestó: "Denles ustedes de comer".
Pero ellos le replicaron: "No tenemos más que cinco panes y dos pescados; a no ser que vayamos nosotros mismos a comprar víveres para toda esta gente". Eran como cinco mil varones.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: "Hagan que se sienten en grupos como de cincuenta". Así lo hicieron, y todos se sentaron. Después Jesús tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados, y levantando su mirada al cielo, pronunció sobre ellos una oración de acción de gracias, los partió y los fue dando a los discípulos para que ellos los distribuyeran entre la gente. Comieron todos y se saciaron, y de lo que sobró se llenaron doce canastos.
Palabra del Señor.  Gloria a ti, Señor Jesús.




CONVERSANDO CONTIGO


¿Conoces el poder de la bendición?

Amado mío, el Padre Celestial nos dio a elegir entre la bendición y la maldición. Sin embargo, nos exhortó a decidirnos por la primera, para que pudiéramos disfrutar de su grandeza, de su amor.
Bendecir es bien decir o decir lo bueno, lo noble, lo que nos acerca al Padre. Es referirnos a los eventos que nos suceden de buena forma. Es tener la certeza de que detrás de cada suceso no esperado o de no agrado, siempre se debe esperar lo bueno.
Ahora bien, es tan importante que tomes como parte de vivir diario, la acción de bendecir. Tú mismo eres una bendición. Eres una obra exquisita, magnífica, espléndida y única llena de virtudes y actitudes maravillosas y con rasgos que están en proceso de desarrollo. Nunca te veas o sientas defectuoso, porque se caracteriza con defecto a las cosas y tú eres una radiante persona.
Guarda siempre en tu mente y en tu corazón, que lo imposible se vuelve posible, cuando el don baja del cielo, es decir, cuando Dios lo envía interviniendo a tu favor. No te canses de confiar porque todo lo bueno sucede, si Dios está de tu lado. Pero, primero debes llamarlo, invocarlo.
Recuerda que te amo tal y como eres. Por tanto, Ama a tu prójimo de la misma forma. ¡Bendito eres!



HABLA CON TU PADRE

Dios mío y Señor Mío, que grande eres. Bendito seas porque reinas en mi mente y en mi corazón. Bendito seas porque tu amor se esparce en mi vida. Bendito seas porque me abres todas las puertas. Bendito seas por permitirme tener un encuentro personal con tu Hijo. Bendito seas porque me iluminas todos los días de mi vida. Que la humanidad entera avance hacia ti. Gracias por bendecirla. Que mi alma guiada por tu Espíritu, incansablemente bendiga todo en tu nombre...Amén Bendito y Adorado Dios!!!




“SOLO ME BASTA CON BENDECIR Y TODO SE TRANSFORMA EN FAVOR DEL AMOR”




¡Qué el amor del Padre Celestial te acompañe durante cada día de esta semana, permitiendo que salgas victorioso en todo aquello que te llene de paz y gozo…Dios te bendiga a ti y a tu hermosa familia!

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